jueves, 9 de diciembre de 2021

La historia como recurso del turismo cultural: Conquista española

 Enfrentamientos incas – españoles

La historia como base para el Turismo Cultural

 La nueva visión sobre el concepto de patrimonio cultural ha creado, en la sociedad moderna, nuevos hábitos de consumo turístico. Este hecho ha generado el surgimiento de una demanda que exige novedosos productos y de una oferta que incluye los recursos patrimoniales locales.

Ser conscientes, turística mente hablando, es trabajar en conjunto con la academia, las comunidades locales y los gestores turísticos, para transformar adecuadamente un destino en un lugar amigable para el visitante, donde cada uno de ellos disfrute de la cultura, de sus costumbres y su historia; de modo tal que el propio turista se convierta en el mejor conducto comunicacional que promueva y promocione nuestro destino.

 


La principal tarea que se nos impone hoy en día, es aprender a sustentar la actividad turística, para evitar que se convierta en un círculo vicioso de oportunismos que sólo lograrán alejar a los turistas de nuestras fronteras. conscientes de la frágil estabilidad que rodea a los atractivos turísticos del país es vital.




La conquista de Quito

La conquista del Reino de Quito (actual Ecuador) es una de las expediciones de conquista y colonización más espectaculares que tuvieron que realizar los castellanos en América durante el siglo XVI, debido a la resistencia indígena tanto antes de que los castellanos entraran en la ciudad de Quito como posteriormente, combinado con la altitud de 2500 metros a la que está situada la ciudad, lo cual dificultó enormemente la conquista. En esta entrada vamos a analizar brevemente todos los elementos característicos de la misma.

Entendemos por Reino de Quito una unidad política dentro del Imperio Incaico cuyo centro político y social era la ciudad de Quito. En la actualidad existe un interesante debate historiográfico entre profesionales que piensan que efectivamente existió un Reino de Quito, como unidad política independiente, que fue conquistado por el Imperio Incaico; y los profesionales que piensan que no existió tal estado, y que fue una invención del siglo XIX que buscaba legitimar la aparición de la República de Ecuador.

 




Una vez que los castellanos vencieron a los incas en la batalla de Cajamarca el 16 de noviembre del año 1532 y ejecutaron a su emperador, Atahualpa, en agosto del año siguiente; el principal foco de resistencia indígena ante la invasión castellana se situó en la sierra norte del imperio, en la actual Quito, donde los ejércitos incaicos liderados por los generales Rumiñahui (Pillaro, 1490-Quito, 25 de junio de 1535)  y Quizquiz continuaban con la resistencia. Ambos fueron dos de los principales generales de Atahualpa en la Guerra Civil incaica entre Atahualpa y su medio hermano Huáscar.

Por otra parte, empezó a surgir entre las tropas castellanas el rumor de que Atahualpa había escondido una gran cantidad de oro en la sierra norte antes de que los españoles llegaran a Cajamarca, lo que provocó un ávido interés de los conquistadores por formar una expedición de conquista de los territorios que forman el actual Ecuador. Finalmente, en febrero del año 1534, la expedición castellana, al mando del Capitán Sebastián de Benalcázar o Belalcázar como lugarteniente de Francisco Pizarro (Belalcázar, actual provincia de Córdoba 1480-Cartagena de Indias 1551) partió de San Miguel de Piura, en el norte del actual Perú.

Desde Piura, Benalcázar (antiguo conquistador de Panamá, Nicaragua y finalmente de Perú junto a Francisco Pizarro y Diego de Almagro), juntó a unos 200 hombres, unos 150 a caballos, y un importante contingente de indios tallanes, nativos de la zona de la isla del Gallo que se había unido a los españoles contra los incas, comienzan la expedición de conquista del último reducto de resistencia.

La expedición siguió el camino incaico que resultó ser tremendamente duro y agotador, ya que se partió de la altitud al nivel del mar de San Miguel de Piura, teniendo que atravesar zonas montañosas muy elevadas, algunas por encima de los tres mil metros de altitud.

Llegaron hasta la ciudad de Tomebamba, actual Cuenca, donde se aliaron con los Cañari. Los Cañari fueron un grupo de indígenas originarios de las actuales provincias ecuatorianas de Azuay y de Cañar, en el sur de Ecuador y que estuvieron asentados en esa zona desde aproximadamente el año 500 d.C. hasta el año 1550 d.C.

Este pueblo había sido conquistado décadas atrás por los Incas y habían sufrido entre 50 mil y 60 mil muertes en la Guerra Civil incaica. Todo ello había provocado un odio visceral contra los incas y no dudaron en apoyar a los castellanos en cuanto estos aparecieron por la zona.

 



La ayuda Cañari fue decisiva para los españoles, ya que en Tiocajas esperaba el ejército de Rumiñahui, mucho más numeroso que el castellano, y gracias a los Cañari las tropas de Benalcázar pudieron rodear al enemigo por un sendero de noche y atacarlo sorpresivamente por la retaguardia y obligó a Rumiñahui y a sus hombres a retirarse hacia Riobamba, donde unió sus fuerzas con las del Cacique Zocozopagua.

Los castellanos prosiguieron la marcha hacia dicha ciudad. El camino estaba llena de trampas puestas por las tropas de Rumiñahui en su retirada, principalmente hoyos tapados con cañas delgadas y hierba, con estacas puntiagudas en el interior para con el objetivo de que los castellanos cayeran en ellos.

Las tropas castellanas volvieron a vencer a las tropas indígenas. El enfrentamiento militar ocurrió el 3 de mayo del año 1534. Tras tomar la ciudad, las tropas castellanas descansaron y repusieron fuerzas y posteriormente marcharon con paso firme hacia Quito.

 


Las tropas de Alvarado le vinieron muy bien a Benalcázar para completar la conquista de Quito. Consiguió capturar a Rumiñahui y a Zocozopagua y ordenó quemar a todos los indios que habían continuado con la resistencia. El 6 de diciembre del año 1534 fue la entrada definitiva en Quito de las tropas castellanas, que empezaron rápidamente la repartición de la ciudad. La última resistencia del imperio Inca había fracasado. El Imperio Inca había desaparecido finalmente en Quito.

Uno de los caciques  indígenas que fueron capturados por los españoles en la conquista fue Taconango, que había llegado desde las tierras que actualmente forman Colombia para apoyar a Rumiñahui. Este cacique les contó a los españoles las riquezas que existían más al norte, en su territorio.

 

 




 

 

 





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